La Comisión Europea sólo se pronunciará sobre las consecuencias legales de una posible independencia de Cataluña y su encaje en la Unión Europea sólo si el Gobierno español lo solicita formalmente, según anunció ayer su portavoz, Pia Ahrenkilde.
"No queremos expresar una posición sobre lo que son cuestiones de orden constitucional interno en un Estado miembro. No queremos pronunciarnos mientras sea una cuestión hipotética", dijo al ser preguntada por los casos de Cataluña y Escocia (Reino Unido).
"Si un Estado miembro nos presenta un escenario preciso en un sentido u otro, entonces sí daremos una opinión", agregó. En este caso, el Ejecutivo comunitario se pronunciaría sobre las consecuencias de la independencia "en relación con los Tratados de la UE".