lunes, 3 de septiembre de 2012

Rajoy admite que sus promesas estaban fuera de la realidad


Hace tiempo que Mariano Rajoy tuvo que admitir que apenas queda rastro de todas aquellas promesas envueltas en luces de neón que ofreció en su programa electoral de 2011. Que ha hecho cosas que no le gusta, que no se ajustan a la doctrina de su partido –la más chirriante, desde luego, la subida de impuestos–, y que incluso desaprueban sus bases. Tanto como asumir que aquello que estaba escrito para atraer a los votantes se ha visto superado por los hechos, que no valía ni era realista.

Este domingo lo ha vuelto a afirmar el presidente del Gobierno con claridad meridiana en una entrevista a cuatro periódicos europeos –el español ABC, el italiano Il Corriere della Sera, el francés Le Journal du Dimanche y el alemán Bild am Sonntag–: "Soy absolutamente consciente de que no cumplimos con nuestro programa electoral, y créame que no me agrada nada. Entiendo perfectamente el desencanto que esto ha producido en muchos ciudadanos que dieron su confianza al Partido Popular, incluso en otros que no se la dieron, pero quien me ha impedido cumplir mi programa ha sido la realidad. Nosotros nos hemos encontrado con un déficit público casi tres puntos superior al conocido. Casi tres puntos son 30.000 millones de euros. Y eso nos ha obligado a subir impuestos. Y a reducir los gastos".

Esa constatación es una de las afirmaciones que abren una larga entrevista –hecha en la Moncloa el pasado miércoles– en la que escasean los anuncios y sí abundan las reiteraciones. Sobre el asunto más delicado, y que se percibe como más inminente, la petición de ayuda a los fondos de rescate de la Unión Europea, Rajoy sigue preparando el camino. Es decir, ya no sólo no lo descarta, sino que asegura que su Gobierno actuará igual que como hizo con la solicitud de auxilio de la banca: "Vamos a esperar a las decisiones del Banco Central Europeo y a partir de ahí tomaremos una decisión que hoy no está todavía adoptada. Pero si creo que es bueno para el conjunto de Europa, para el euro y para España, lo haré, y si no, no. Actuaré de la misma forma que hicimos con las entidades financieras".

Entonces, el Ejecutivo estuvo negando hasta el último momento que fuese a demandar cualquier salvavidas a la UE –el ministro José Manuel Soria lo negó sólo unas horas antes de que lo anunciase su compañero Luis de Guindos– para luego acabar capitulando. Los cuatro medios, de hecho, le preguntan al jefe del Ejecutivo el porqué de esa "discreción", la misma que tuvieron en su día Grecia, Irlanda y Portugal, que negaron la posibilidad del rescate hasta el último minuto. "Yo no voy a entrar en las razones de portugueses, griegos e irlandeses, porque no me corresponde a mí, pero sí le digo una cosa con total claridad: yo hago lo que creo que beneficia a los intereses generales del euro y a los de España en cada momento concreto, y a partir de ahí tomaré mis decisiones", responde.

La sociedad española actúa "con responsabilidad"
En cuanto a sus siguientes retos en el Ejecutivo, Rajoy da pocas precisiones. Más allá de incidir en que, "en cuanto pueda", bajará el IRPF (no dice lo mismo del IVA, como sí hizo ayer desde Soutomaior), anticipa que su Gabinete hincará el diente este otoño a dos temas importantes. Uno, "la unidad de mercado, que es capital", ya que "no puede haber en temas de medio ambiente, transporte u otros 17 regulaciones distintas". Es una promesa vieja del PP (esta sí) que supondrá atar algo más en corto a unas autonomías cuya libertad de movimientos se verá de suyo más menoscabada si acuden al Fondo de Liquidez Autonómico (perífrasis de rescate). La otra medida será atajar la "excesiva regulación por parte de los gobiernos autonómicos y también del Gobierno central", ya que el país requiere "muchas más facilidades para que la economía pueda funcionar mejor".

No trascienden en la entrevista anuncios de futuros recortes. El presidente juzga, no obstante, que toda la pléyade de ajustes que ha desplegado su Ejecutivo en ocho meses de legislatura no le pasarán factura. "Estoy convencido de que cumplir con mi deber me va a llevar a volver a ganar las elecciones", dice, ufano. El líder del PP siente que a la gente "le duele" sus medidas, y que lo entiende, pero añade que también halla "comprensión" en los ciudadanos. No le preocupa el malestar social: "Creo que la sociedad española se está portando con responsabilidad y es consciente de la situación en la que estamos".