Ha pasado un mes desde que el Banco Central Europeo (BCE) puso en marcha un engranaje que le permitía compras ilimitadas de deuda soberana de los países con problemas bajo su petición y con condiciones. Sin embargo, ninguno de los países señalados, España e Italia, ha pedido el rescate a pesar de que cada vez hay más voces que piden que se haga y que se haga cuánto antes.
La última en sumarse a esta corriente de opinión ha sido María Dolores Dancausa. La consejera delegada de Bankinter, Dolores Dancausa, ha asegurado que la ayuda europea "será una buena noticia para los bancos y las empresas españolas, ya que, de esta forma, comenzarán abrirse los mercados y a reactivarse la economía española". Se unía así a una corriente de empresarios, en las que se encuentra Francisco González, presidente de BBVA, y Arturo Fernández, presidente de la patronal madrileña (CEIM)).
Victoria Torre, analista de SelfBank, considera "la situación es difícil tanto con rescate como sin él". Pero de llevarse a cabo la petición, la analista piensa que servirá para ganar tiempo y para que las medidas adoptadas se implementen y puedan dar resultados. Pero sería, prosigue Torre, muy inocente pensar que con solo pedir el rescate se reactivara la economía española, se creara empleo y se empezaran a vender los millones de casas que se encuentran vacías.
Para Javier Flores, analista de Asinver, alerta que el rescate no es ninguna panacea. Y corre el riesgo de traer pobreza y exclusión social, como ha ocurrido en Grecia. En este sentido, el experto señala que de la pobreza se sale, pero es más difícil salir de la exclusión social.
Y para explicar su postura pone como ejemplo el rescate a la banca, que persigue dar una imagen solvente de la banca, pero que tiene como primera consecuencia una reducción del crédito.
Con el rescate total, el Estado persigue dar una imagen de sostenibilidad del déficit, pero Flores recuerda que, a tener de los últimos datos, no se cumplirá el objetivo, lo que implicará nuevas condiciones que afectarán, presumiblemente, al gasto social: bajada de pensiones y reducción de las prestaciones por desempleo.
El rescate permitirá traer una certidumbre a los mercados en cuenta a un plan a seguir y unas líneas de actuación, pero nada más. Ya que los ciudadanos verán que tendrán menos renta, y con menos renta: menos consumo y más desempleo. "Habrá una fractura social, con una generación desesperada", prosigue el experto.
Daniel Pingarrón, analista de IG, cree que el rescate será positivo especialmente para los mercados financieros y para la bolsa, sobre todo para los bancos, ya que considera que no se hará un rescate a la semejanza de Irlanda, Grecia o Portugal.
Pingarrón también cree que será beneficioso para los intereses de la deuda, ya que se llevan uno de cada cuatro euros al pago, pero no generará empleo ni crecimiento por sí solo. El analista de IG cree que serán las reformas estructurales puestas en marcha las que darán su fruto en 2014 y 2015. En cuanto a las que falta, la reforma de la estructura
del Estado, que daría para una legislatura, sería la que más posibilidades tendría de traer el éxito a la economía española. "Pero ni está ni se espera que esté sobre la mesa".
Nueva reforma laboral que afectará al sector privado
Y es que de producirse el rescate y el incumplimiento del déficit, las nuevas condiciones impuestas por la Troika podrían apuntar una nueva reforma laboral, ya no con bajadas del salario, como contempla la actual, sino de despidos drásticos dentro del sector público.
Aunque España no ha pedido el rescate, los ciudadanos ya han empezado a sufrir las exigencias y condiciones de la compra de de deuda. Por un lado, el IVA normal se ha incrementado tres puntos, del 18% al 21%, el reducido ha pasado del 8% al 10%.
Los Presupuestos Generales del Estado también recogen exigencias por parte de Bruselas como la supresión de la deducción por vivienda a partir de 2013. Sin olvidar que a partir de 2013 el Gobierno aplicará un impuesto del 20% a los premios de lotería por importes superiores a 2.500 euros.
Flores critica los Presupuestos porque considera que hay partidas donde se pueden recortar y que no afectan a la productividad como adelgazar la estructura del Estado, en lugar partidas que afectan al Estado de Bienestar. En ese sentido "el rescate es una decisión política, ya que desde el Gobierno se está vendiendo que hay que reducir el déficit, pero Bruselas deja al legislador mano libre para recortar y éste ha decidido que sea de partidas como la Sanidad en lugar de recortar en embajadas" sentencia el experto.
En cualquier caso, lo importante, recuerda Torre, es que el rescate permita contener los intereses de la deuda para que no influya negativamente en el déficit del próximo año y se puedan cumplir los objetivos.